Schalekamp, Jean A.
Juan March Ordinas vivía todavía cuando yo llegué a la
isla y no tardé mucho en oír pronunciar su nombre.
Algunos mallorquines lo pronunciaban con odio, o con
asco. Otros con un cierto respeto, mezclado con algo de
miedo, como si de un ser misterioso se tratara. Y así era en
cierto modo, un hombre rodeado de misterios. Todo el
mundo sabía quién era, que existía realmente, pero este
hombre ya en vida se había convertido en una leyenda y
muy pocos sabían cómo era en realidad.
Jean A. Schalekamp, 1987
Escritor.
Serra i Busquets, Sebastián
March seguía en sus actuaciones las distintas coyunturas.
Era capaz de asimilar las nuevas realidades y adaptarse a
ellas. Su meta era el «triunfo» y, en consecuencia, se
adaptaba con facilidad a los cambios coyunturales.
Sebastián Serra i Busquets, 2003
Profesor de Historia Contemporánea de la UIB.
Suances Fernández, Juan Antonio
Europa y Occidente y ¡por qué no decirlo! la cristiandad
debían a aquel hombre fabuloso por su ayuda en
determinados momentos dramáticos, ayuda única,
determinante, para que España pudiera triunfar del
comunismo.
Juan Antonio Suances Fernández, 1962
Ministro de Industria y Comercio 1938/1951.
Suárez Fernández, Luis
Refiriéndose a Juan March:
Su fuerte personalidad se hizo patente en todos los
campos de la actividad humana.
Luis Suárez Fernández, 1986
Premio Nacional de Historia 2001.
Sverlo, Patricia
La vida que los condes de Barcelona y sus hijos llevaban
en Estoril, aunque se trataba del exilio y teóricamente
estaban sin ingresos, no fue precisamente un infierno. (...)
Juan March consiguió que Pedro Galíndez Vallejo, otro
altruista, les concediera un velero de 30 toneladas y 26
metros de eslora todos los veranos, con tripulación y con
todos los gastos pagados, del cual disfrutaron durante 17
años, hasta que el barco se murió de viejo.
Patricia Sverlo, 2002
Seudónimo del Autor.
The New Yorker
March se nos presenta como una persona que, en cierto
modo, superó a nuestros Carnegies, Rockefellers y
Vanderbits; era más audaz, más astuto, que ellos, y se
sentía menos cohibido por cuestiones de cautela o
conciencia... Consideraba la corrupción como algo natural,
y la utilizaba abiertamente de considerarla necesaria.
The New Yorker, 1979
Semanario Estadounidense.
The Sunday Express
Franco se mantiene en la lucha, pero ¿cuál es el poder que
lo dirige desde detrás de las sombras? Cuando un hombre
levanta la mano, Franco obedece. Este hombre es Juan
March.
The Sunday Express, 1936
Rotativo Londinense.
The Time
Con la muerte de don Juan March desaparece un
poderoso multimillonario y «el hombre más misterioso del
mundo».
The Time, 1962
Semanario Norteamericano.
The Times
Don Juan March, el millonario que respaldó a Franco en
1936, en Gran Bretaña era erróneamente considerado
como antibritánico, pero, en realidad, era un sincero
admirador de este país y rindió servicios a la causa aliada
que no se superaron en ningún otro país neutral.
The Times, 1962
Rotativo Londinense.
Tierno Galván, Enrique
Si al final uno triunfa, nadie le preguntará por los medios.
Se convertirá en un honorable caballero, en poderosa
imagen que suscitará la admiración de las ambiciosas,
vanidosas y envidiosas masas de mortales que en un
momento u otro de su vida pensaron en enriquecerse del
modo más rápido e inmediato posible.
Enrique Tierno Galván, 1977
Catedrático Derecho Político.