Hay que darle una buena lección si es posible, pués
nos ha perjudicado muy mucho y molestado.
Mariano Gual de Togores, 1931
Conde de Ayamans.
(Los deseos del aristócrata mallorquín no se cumplieron, March se quedó
con todo lo que poseía, y al final de su existencia cuando le subastaron los
muebles de su Palacio de Lloseta, éste tuvo que suplicar a March que le
dejara retirar los enseres personales de su dormitorio).