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Las cacerías de los Supergalácticos.
Para los millonarios españoles, la caza, además de
afición es un ejercicio social, quizá el más importante.
Las esposas de estos superricos han puesto a sus
maridos un apelativo muy ajustado: son los
“supergalácticos”, los Botín, los March, “los Albertos”, los
Conde, los Abelló, los Pablito Garnica, algún Fierro...
gente entre los 40 y 50, que tiene dinero, mucho dinero,
que va y viene en avión privado, que aparece en los
periódicos. Los “supergalácticos” suelen cazar entre
cincuenta y sesenta días al año, lo que quiere decir que
comparten muchas horas en un ambiente distendido y
muy competitivo a la vez, de gran camaradería, donde, tras hartarse de
pegar tiros, vienen las largas cenas seguidas de larguísimas tertulias. A
menudo, tras cazar en un coto el sábado, pasan a otro el domingo. La
proximidad de los terrenos posibilita tales permutas. Al lado de Las Navas, la
espléndida finca de Juan Abelló, está situada Las Cuevas, de Alberto
Cortina, y la de su primo Alcocer, y la de Juan Monjardín, un acaudalado
agente de Cambio y Bolsa miembro del grupo de los “supergalácticos”. No
lejos de allí se encuentra La Salceda de Mario Conde, y El Roblecillo de
Pablo Garnica jr., o la nueva gran mansión de Emilio Botín jr., con aeropuerto
privado, en la provincia de Toledo. Más lejos está Las Navas de la Condesa,
la maravillosa finca de Jaime Botín en Almuradiel, Ciudad Real, y Altalejos, la
finca de Carlos March al Sur de la provincia de Badajoz.
Jesús Cacho Cortés, 1988
Licenciado en Historia, Periodista y Escritor.
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