Paradojas del destino: El Banco Urquijo.
La historia del Banco Urquijo es una de las más
emblemáticas y atractivas de la banca española, que
hunde sus raíces en la propia sociedad nacional.
Fundado por la familia Urquijo, que durante años paseó
con orgullo los blasones de su posición aristocrática en
el mundo de las finanzas, atravesó una larga etapa bajo
la destacada dirección de Juan Lladó Sánchez-Blanco,
una persona singular, ajena a la familia, pero que llegó a
congeniar con la estirpe de los Urquijo. La historia se
enriquece con la aparición de otra familia legendaria en
las finanzas españolas, los March. Durante décadas, los
orgullosos Urquijo consideraron a los March como unos advenedizos, a
causa del incierto origen de su fortuna, amasada, según la leyenda, con
métodos poco ortodoxos o cuando menos mal vistos por la buena sociedad
durante los años treinta y cuarenta. Los Urquijo siempre se consideraron
superiores, y por ello marcaron las distancias con los March, algo que fue
cambiando poco a pocos con el paso de los años, a medida que emergían
las nuevas generaciones de ambas familias. La paradoja final se produce
cuando, a finales de los años ochenta, los March compran el Banco Urquijo-
Unión al banco Hispano Americano y, en uno de esos guiños del destino,
deciden devolver a la entidad su nombre originario, Banco Urquijo. Además,
crean a partir del banco la Fundación Urquijo, en cuya presidencia colocan a
un genuino representante de la otrora todopoderosa familia Urquijo, Jaime
Carvajal y Urquijo.
Jesús Rivasés Cabarrús, 1991
Licenciado en Ciencias de la Información.
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